Viento en los oídos (principio de la novela)

Principio de mi novela Viento en los oídos (una fábula histórica, una novela oral)

[pdf del primer capítulo y versión oral con mi voz,
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Ilustración original de David Vela para Viento en los oídos

AÑOS ANTES DE QUE YO NACIERA, mi tío Isidro fue llamado a filas para defender a tiros las últimas posesiones del imperio.

Decenas de miles de hijos del emperador fueron reclutados en las vastas tierras del interior y enviados a las lejanas colonias de ultramar. Los pastores dijeron adiós a sus montañas y a sus perros, los campesinos abandonaron el arado y los bueyes, los golfillos se despidieron de las billeteras y las comisarías. «Restaurar el honor mancillado de nuestro pueblo». «Proteger los logros de la civilización». Desde la gloriosa época de la conquista, ninguna generación gozó como ellos de la oportunidad de dar su sangre por causas tan elevadas.

Después de un viaje en vagones de tren que duró días y de un viaje en bodegas de barco que duró semanas, arribaron a un luminoso puerto del trópico. Los edificios blancos resplandecían al sol. En la bocana, flanqueada por dos garitas vigía, se enseñoreaban los trapos coloreados de nuestra patria. Por entre las almenas de las murallas asomaban los cañones de bronce bruñido. Posados en ellos, unos pajarones desgarbados y jibosos, de plumas verdes y pico negro, escrutaban la espuma de las olas y emitían un incesante «ñac-ñac».

Los reclutas formaron en la plaza y se les ordenó que dejaran la ropa en las losas. Les lavaron el vómito del barco a baldazo limpio, con un agua de mar tan salada y tan caliente que desinfectaba las heridas y reblandecía los callos de los pies. Les cortaron el pelo al cero y los médicos comprobaron que todos tenían la dentadura completa y dos testículos, y cinco dedos en cada mano y en cada pie. Así, tal como vinieron al mundo, entraban ahora en el Mundo Nuevo. Y para que fueran por completo unos hombres nuevos, les entregaron una gorra de plato, una blusa y un pantalón, un cinto de caña trenzada, un par de botas, una pastilla de jabón y diez céntimos para tabaco.


Narración oral (versión de locutor profesional):


«Con estas líneas intensas, llenas de crudeza y de ironía, empieza la novela de José Marzo» (Mayra Vela Muzot, Encuentros con las Letras).

«Una narración contada a partir de la memoria popular, aquella que se alimenta de la fantasía, del rumor o de la leyenda, que se fabrica a raíz de las pequeñas anécdotas relatadas por nuestros abuelos o nuestros tíos cuando uno era tan sólo un crío y en las que resulta siempre muy complicado delimitar la frontera que separa lo real de lo ficticio» (Joseph B Macgregor, Anika Entre Libros).

«Viento en los oídos quiere ser también una recuperación de otra memoria: la Memoria Literaria de España. Al fondo de la narración parece escucharse la voz atenuada de Galdós, la voz de Baroja, de Vallé-Inclán, la voz de Felipe TrigoBlasco IbáñezGabriel y Galán o incluso Arturo Barea, la vieja voz de la narrativa española que ha ido corriendo como un reguero, a lo largo de la historia, y que en los tiempos que narra Viento en los oídos tenía un timbre especial, una fuerza peculiar, un tono pletórico.» (Miguel Baquero, La Tormenta en un Vaso

Durante la escritura de Viento en los oídos (2007)

Versión oral del primer capítulo (con mi voz):

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